Programas Preescolares


High/Scope Educational Research Foundation, EE.UU.
(Inglés). Traduccíon: febrero 2010

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Introducción y Materia

Los programas preescolares son un conjunto de actividades recurrentes especialmente preparadas para brindar cuidados y educación a los niños durante el período antes de que entren a la escuela. Mientras el término preescolar abarca lógicamente todo el período desde el nacimiento hasta el ingreso a la escuela, algunas veces se refiere específicamente al año o los dos años anteriores al inicio escolar, lo cual en muchos países equivale a la entrada a la educación preescolar (kindergarten), a los cinco años de edad.

En tanto algunas familias continúan criando a sus hijos desde su nacimiento hasta los cinco años de edad en sus hogares como siempre lo han hecho, un creciente número de ellas optan por el cuidado y educación de sus niños por personas externas a su  entorno familiar; en otras palabras, matriculan a sus niños en programas de educación preescolar. Una encuesta estadounidense representativa a nivel nacional (2001) acerca del cuidado y educación de niños pequeños menores de seis años que aún no asistían a programas de educación preescolar1  arrojó los siguientes resultados:

  • un 40% de estos niños no recibían atención adicional y solamente recibían cuidados y educación de sus padres;
  • un 22% de ellos recibía cuidados y educación en casas de parientes. El 70% de estos cuidadores eran sus abuelos;2
  • un 16% recibía cuidado en hogares sin que éstos fueran de parientes, lugares conocidos formalmente como casas o familias de centros abiertos;
  • un 33% recibía cuidado en jardines infantiles sin que éstos fueran de parientes. Estos establecimientos han aumentado sustancial y sostenidamente según el grupo etáreo, desde un 8% de niños menores de un año matriculados en jardines infantiles, a un 16% de niños de un año, 25% de niños de dos años, 43% de  tres años y 65% de niños de cuatro años.

Contexto de Investigación y Problemas

Los programas preescolares han aumentado su cobertura desde mediados del siglo veinte por dos razones: una es la tendencia mundial de que las madres de niños pequeños pasan a integrar la fuerza laboral. La segunda causa es el amplio conocimiento de la evidencia que se ha acumulado sobre la importancia de la educación temprana de calidad, resultado de investigaciones recientes sobre el desarrollo del cerebro humano y de la investigación evaluativa de los programas modelos para la primera infancia. La investigación en el campo de la neurociencia ha encontrado que el cerebro de los niños pequeños que crecen en contextos de estrés tóxico elevado son visiblemente menos desarrollados que el cerebro de los que viven en contextos de estrés tóxico bajo; y que el cerebro de los niños es mucho más activo entre los tres y los siete años de edad comparado con años posteriores.3

Resultados de Investigaciones Recientes

La investigación evaluativa ha encontrado una variedad de efectos importantes de los programas preescolares modelo sobre los participantes desde la infancia temprana incluso hasta la vida adulta.4  Estos estudios han combinado un diseño riguroso, estudios longitudinales y un bajo índice de datos faltantes para llegar a la evidencia que la experiencia de programas para la infancia temprana de calidad tiene efectos positivos a largo plazo que se traducen a su vez en retornos económicos sustanciales de las inversiones.

  • El Estudio High/Scope Perry Preschool Study asignó aleatoriamente a 123 niños de escasos recursos como participantes en un programa preescolar de calidad a la edad de tres y cuatro años, y a otros no los asignó a ningún programa; luego, este estudio les realizó un seguimiento hasta los 40 años de edad. El estudio encontró que este programa preescolar de calidad tuvo considerables efectos positivos en las capacidades intelectuales de los participantes, en el compromiso con la escuela y el rendimiento escolar, finalización de la escuela preparatoria (high shool), así como acceso a salarios más altos, mejores empleos en la vida adulta y evitaron actividades delictivas.5  El análisis económico encontró que, en un descuento constante de 3% de 2000 dólares, el retorno económico del programa a la sociedad alcanzó los US$258.888 por participante sobre una inversión de US$15.166 por participante; es decir US$17.07 por dólar invertido.
  • El Estudio Carolina Abecedarian asignó aleatoriamente 111 bebés de familias de escasos recursos, de un promedio de edad de 4,4 meses a un  programa grupal especial o a uno de calidad estándar que utilizó la organización del cuidado más común en hogares y en centros abiertos.6  Se encontró que el ingreso y participación en un programa de calidad desde la primera infancia hasta el ingreso a la escuela mejoró el rendimiento intelectual y académico de los participantes. Muy pocos participantes repitieron curso o necesitaron servicios especiales o tuvieron embarazos adolescentes; además, más participantes se graduaron de la escuela preparatoria (high school), y más de ellos estudiaron una carrera de cuatro años. El análisis económico encontró que en 2000 dólares descontados al 3% anual (convertidos de los 2002 dólares reportados), el costo del programa fue de US$ 34.476 por participante y produjo beneficios a la sociedad equivalentes a US$130.300 por participante, un retorno de US$3.78  por dólar invertido.7
  • El estudio longitudinal de Chicago (Chicago Longitudinal Study) realizó un análisis comparativo entre 989 niños de escasos recursos que asistieron a la escuela Child-Parent Centres del distrito, y un grupo de 550 de sus compañeros de curso que no asistieron a estos centros.8  Estos establecimientos ofrecieron programas preescolares de jornada parcial para niños de tres y cuatro años de edad. El grupo del programa preescolar superó al grupo que no recibió esta intervención en el rendimiento educativo y en la conducta social, tuvieron menores índices de repitencia y referencia a educación especial, así como índices menores de arrestos juveniles, seguido por una mayor incidencia de finalización de la escuela preparatoria (high school). El análisis económico encontró que en los 2000 dólares descontados al 3% anual (convertidos de los 1998 dólares reportados), el costo del programa alcanzó US$6.956 por participante y produjo beneficios equivalentes a US$49.564 por participante, un retorno de US$7.10 por dólar invertido.9

En los últimos años, una nueva generación de estudios preescolares rigurosos a corto plazo, que en su mayoría asigna aleatoriamente a niños al programa, o a no recibir el programa, ha producido resultados relativamente decepcionantes. Estos estudios han investigado los efectos de los programas preescolares con financiamiento público, ya sea las iniciativas Head Start tradicionales o las intervenciones especiales Head Start, así como otros programas para la infancia temprana con fondos estatales.

De ellos, dos estudios de los programas Head Start tradicionales están en desarrollo. El Estudio de Impacto Head Start (Head Start Impact Study) involucra una muestra representativa a nivel nacional de los programas Head Start y asigna aleatoriamente a algunos niños a Head Start y a otros no. A la fecha, este estudio ha entregado resultados de los niños que ingresaron a este programa a los tres años y a los cuatro años tras haber pasado un año en Head Start y realizará el seguimiento de algunos niños en el primer año escolar.10  En su primer informe, el estudio descubrió efectos de Head Start de pequeños a moderados en las habilidades de lectoescritura, reducción de problemas de conducta en niños de tres años, acceso de los niños a programas de salud, padres que leen a sus hijos y un menor uso de disciplina física en niños de tres años. El Head Start Family and Child Experiences Survey11 es un estudio de una muestra nacional representativa de programas Head Start en los Estados Unidos. En relación a las normas nacionales, los niños obtuvieron mejoramientos significativos durante su año en Head Start, particularmente en vocabulario y en habilidades para la escritura temprana. Los niños de Head Start también aumentaron sus habilidades sociales y redujeron las conductas hiperactivas. Los graduados de Head Start mostraron mayores avances hacia los promedios nacionales durante la educación preescolar.

Evaluaciones rigurosas de diversos programas especiales Head Start y otros similares han encontrado efectos pequeños del programa, examinando los resultados de Early Head Start12, el Programa Integral de Desarrollo Infantil Head Start (Head Start Comprehensive Child Development Program)13 y el programa Even Start Family Literacy del Departamento de Educación de los Estados Unidos.14 Un estudio sobre los efectos de cinco programas preescolares con financiamiento estatal, utilizando un diseño de regresión discontinua, encontró efectos estadísticamente significativos en el vocabulario de los niños, habilidades de reconocimiento del texto escrito y habilidades tempranas en matemáticas.15

El currículo es un componente crítico de los programas preescolares, el cual se ha estudiado empíricamente. Diversos estudios comparativos del currículo preescolar que comenzaron en la década de 1960 han realizado seguimientos a los participantes en los años posteriores. Un estudio descubrió que los jóvenes que nacieron en situación de pobreza experimentaron menos problemas emocionales y arrestos por delitos graves cuando asistieron a programas preescolares que utilizaron el modelo de High/Scope centrado en el desarrollo del niño o un modelo tradicional de jardín infantil (Nursery school) enfocado en el niño, más que un modelo de instrucción dirigida, centrado en el docente.16 Este estudio, junto con otros dos estudios longitudinales, encontraron que los niños que participaron en el último tipo de programas superaron ampliamente a los niños que asistieron a programas tradicionales y a otros programas en diversas mediciones de rendimiento intelectual durante el programa y hasta un año después, pero estos avances luego desaparecieron.17,18  Sin embargo, en uno de estos estudios, la tasa de graduados de escuela preparatoria (high school) fue notable, si no significativamente  diferente: 70% para el grupo del programa tradicional, 48% para el grupo de instrucción dirigida y 47% para el grupo que no accedió a un programa. La evidencia continúa señalando que los modelos de currículo de la infancia temprana difieren significativamente en algunos de sus efectos en los niños.19,20

Conclusiones e Implicaciones

La evidencia es clara al señalar que las experiencias de la infancia temprana pueden influir significativamente en la vida de las personas y que los programas preescolares modelo pueden evocar tales experiencias de la primera infancia. Pero cada vez es más evidente que también es posible intervenir en la vida de los niños pequeños con estrategias que no aprovechan esta reserva importante de potencial. Los programas preescolares efectivos necesitan de educadores de preescolar calificados, que sepan cómo contribuir al desarrollo social y cognitivo de los niños y que así lo hagan. Estos maestros deben atraer a los padres y hacerlos colaboradores activos en la educación de sus hijos pequeños. Muchos niños participan en programas preescolares actualmente. Garantizar que todos estos programas cuenten con profesores entrenados que sepan cómo contribuir al desarrollo de los más pequeños y motiven a los padres para que hagan lo mismo aportará mucho al éxito y logros de la próxima generación.

Referencias

  1. Mulligan GM, Brimhall D, West J, Chapman C. Child care and early education arrangements of infants, toddlers, and preschoolers: 2001. Washington, DC: National Center for Education Statistics, U.S. Department of Education; 2005. NCES 2006-039. Disponible en: http://nces.ed.gov/pubs2006/2006039.pdf. Visitado el 6 de abril de 2006.
  2. Overturf Johnson J. Who’s minding the kids? Child care arrangements: Winter 2002. En: Overturf Johnson J. Current population reports. Washington, DC: U.S. Census Bureau; 2005:70-101. Disponible en: http://www.census.gov/prod/2005pubs/p70-101.pdf. Visitado el 6 de abril de  2006.
  3. Shonkoff JP, Phillips DA, eds. From neurons to neighborhoods: The science of early childhood development. Washington, DC: National Academy Press; 2000. Disponible en: http://fermat.nap.edu/books/0309069882/html/. Visitado el 6 de abril de 2006.
  4. Bowman BT, Donovan MS, Burns MS, Committee on Early Childhood Pedagogy, Commission on Behavioural and Social Sciences and Education, National Research Council, eds. Eager to learn: Educating our preschoolers. Washington, DC: National Academy Press; 2000. Disponible en: http://fermat.nap.edu/books/0309068363/html/. Visitado el 6 de abril de  2006.
  5. Schweinhart LJ, Montie J, Xiang Z, Barnett WS, Belfield CR, Nores M. Lifetime effects: The High/Scope Perry Preschool Study through age 40. Ypsilanti, Mich: High/Scope Press; 2005. Síntesis disponible en: http://www.highscope.org/file/Research/PerryProject/3_specialsummary%20…. Visitada el 25 de octubre de 2007.
  6. Campbell FA, Ramey CT, Pungello E, Sparling J, Miller-Johnson S. Early childhood education: Young adult outcomes from the Abecedarian Project. Applied Developmental Science 2002;6(1):42-57. Síntesis disponible en: http://www.fpg.unc.edu/~abc/summary.cfm. Visitada el 6 de abril de 2006.
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Para citar este artículo:

Schweinhart LJ. Programas Preescolares. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Melhuish E, ed. tema. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/programas-preescolares/segun-los-expertos/programas-preescolares. Publicado: Abril 2006 (Inglés). Consultado el 28 de marzo de 2024.

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