Factores que afectan el desarollo del lenguaje


University of British Columbia, Canadá
, 2a ed. (Inglés). Traducción: febrero 2010

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Introducción 

Aprender a hablar es uno de los logros más palpables e importantes de la primera infancia. En cuestión de meses, y sin enseñanza manifiesta, los pequeños avanzan desde la expresión titubeante de una sola palabra, a oraciones fluidas, y de un limitado vocabulario a uno que crece a razón de seis palabras nuevas al día. Contar con esta nueva herramienta del lenguaje implica nuevas oportunidades para comprender el medio social, para aprender sobre el mundo, y para compartir experiencias, satisfacciones y necesidades. 

Materia

La naturaleza del conocimiento del lenguaje

El desarrollo del lenguaje es aún más impresionante si consideramos la naturaleza de lo que se aprende. Puede parecer que los niños simplemente requieren recordar lo que escuchan y luego repetirlo en algún momento futuro. Sin embargo, tal como destacó Chomsky1 hace ya tantos años, si ésta fuera la esencia del aprendizaje del lenguaje, no seríamos comunicadores exitosos. La comunicación verbal requiere de productividad, es decir, la habilidad de crear una cantidad infinita de expresiones que nunca hemos oído con anterioridad. Esta novedad sin fin requiere que algunos aspectos del conocimiento del lenguaje sean abstractos. A fin de cuentas, las “reglas” para combinar palabras no pueden ser reglas que se refieran a palabras determinadas, sino que deben ser reglas relativas a clases de palabras, tales como substantivos, verbos o preposiciones. Una vez que dispone de estos planes o métodos abstractos, el hablante puede “completar” lo que falta en una oración con las palabras que mejor transmitan el mensaje del momento. El punto clave de Chomsky es que dado que nunca se puede tener una experiencia directa de una abstracción, éstas deben surgir de la actividad mental del niño mismo mientras escucha lo que se está hablando. 

Problemas y Contexto

El debate

La naturaleza de la actividad mental que subyace al aprendizaje del lenguaje es objeto de un amplio debate entre expertos de lenguaje infantil. Un grupo de teóricos sostiene que el input lingüístico simplemente se limita a gatillar el conocimiento gramatical que ya está disponible genéticamente.2 Aquellos que opinan lo contrario sostienen que el conocimiento gramatical es resultado de cómo la mente humana analiza y organiza información, y que esto no es innato.3  Este debate refleja creencias fundamentalmente diferentes respecto del desarrollo del ser humano, y no es probable que sea resuelto. No obstante, hay por lo menos dos áreas en las cuales existe un consenso sustancial que puede servir de guía a los educadores y a los encargados de formular políticas (a) lo predecible del trayecto seguido por la adquisición del lenguaje, y (b) que por su naturaleza está determinado por múltiples factores. 

Resultados de las Investigaciones 

Secuencias predecibles del lenguaje

Dicho en forma muy amplia, los “hechos” observables del desarrollo del lenguaje no están en disputa. La mayoría de los niños empieza a hablar durante su segundo año de vida y a los dos años es probable que conozcan a lo menos 50 palabras, y que las esté combinando en frases cortas.4 Una vez que su vocabulario haya alcanzado alrededor de 200 palabras, la velocidad del aprendizaje de palabras aumenta drásticamente, empiezan a surgir con cierta coherencia5 las palabras funcionalmente gramaticales, tales como artículos y preposiciones. Durante los años preescolares, el patrón de las oraciones se torna más complejo, y el vocabulario se diversifica incluyendo términos relacionales que expresan nociones de tamaño, ubicación, cantidad y tiempo.6 Una vez que alcanzan entre cuatro y seis años de edad, aproximadamente, la mayoría de los niños han adquirido la gramática básica de la oración.7  De  ese punto en adelante, los niños aprenden a usar el lenguaje de un modo más eficiente y efectivo. Además, aprenden a crear, y conservar, unidades mayores de lenguaje, tales como conversación o narrativa.8 A pesar de la existencia de diferencias individuales en la tasa de desarrollo, la secuencia de la aparición de las diversas formas es altamente predecible tanto al interior como transversalmente en cada una de las etapas.

Factores determinantes

Asimismo, hay considerable acuerdo en que el curso que sigue el desarrollo del lenguaje refleja la interacción de factores en al menos cinco dominios: social, perceptivo, procesamiento cognitivo, conceptual y lingüístico. Los teóricos difieren en el énfasis y grado de determinación supuesto para un dominio determinado, pero la mayoría estaría de acuerdo en que cada uno tiene relevancia. Existe un gran número de investigaciones que respaldan la opinión que el aprendizaje del lenguaje se ve influenciado por mucos aspectos de la experiencia y capacidad humana. Mencionaré dos hallazgos en cada área, los que captan la esencia de la evidencia disponible. 

Social

  1. Los niños de 1 a 3 años infieren los intentos de comunicación de un hablante y usan esa información como guía en su aprendizaje del lenguaje. Por ejemplo, incluso desde los 24 meses, son capaces de inferir solamente del tono de voz excitado de un adulto y de la situación física, que una palabra nueva debe referirse a un objeto que fue puesto sobre la mesa cuando el adulto no se encontraba presente.10  
  2. El entorno o ambiente verbal influye en el aprendizaje del lenguaje. Desde los 1-3 años de edad, los niños provenientes de familias “profesionales” y muy verbales, habían oído prácticamente tres veces el número de palabras por semana, que niños provenientes de familias que viven de la “asistencia social” y son menos verbales. Los datos longitudinales muestran que algunos aspectos de este uso temprano del lenguaje de los padres predicen los puntajes en lenguaje que los niños obtendrán a los nueve años.11 

Perceptivo 

  1. La percepción de los lactantes da la pauta. Las habilidades perceptivas auditivas del niño de seis o 12 meses pueden predecir la magnitud del vocabulario y la complejidad sintáctica que tendrá a los 23 meses de edad.12  
  2. La percepción importa. En inglés, las formas que presentan un desafío para los niños con trastornos de aprendizaje son aquellas con escasa saliencia perceptiva, por ejemplo, que no son enfatizadas o van enlazadas con un conjunto de consonantes.13  

Procesos cognitivos

  1. La frecuencia afecta la velocidad de aprendizaje. Los niños que escuchan una proporción inusualmente alta de ejemplos de una forma de lenguaje, aprenden dicha forma más rápido que los niños que reciben un input común y corriente.14 
  2. Es posible que se den “compensaciones” entre los diferentes dominios de lenguaje cuando la frase completa que se desea lograr requiere más recursos mentales de los que el niño dispone. Por ejemplo, los niños cometen más errores en formas verbales de poca importancia, tales como la parte final del verbo, o preposiciones en oraciones de sintaxis compleja, más que en aquellas cuya sintaxis es más sencilla.15 

Conceptual

  1. Los términos relacionales están vinculados a la edad mental. Las palabras que  expresan nociones de tiempo, causalidad, ubicación, tamaño y orden están mucho más correlacionadas a la edad mental que las palabras que simplemente se refieren a objetos o sucesos.16 Además, los niños que están aprendiendo diferentes idiomas aprenden a hablar sobre ubicaciones espaciales tales como en o al lado de básicamente en el mismo orden, independientemente de los procedimientos gramaticales de su idioma particular.17   
  2. Las habilidades del lenguaje se ven afectadas por el conocimiento del mundo. Los niños que tienen dificultades para recordar una palabra, también saben menos acerca de los objetos a los que la palabra se refiere.18 

Lingüístico

  1. Los finales de los verbos constituyen pistas para el significado del verbo. Si un verbo termina en –ando, los niños de tres años decidirán que se refiere a una actividad, por ejemplo, nadar, más que a un cambio total de estado, como por ejemplo, ándate.19  
  2. El vocabulario del niño influye en el nuevo aprendizaje. Los niños de uno a 3 años que están aprendiendo a caminar, generalmente deciden que una nueva palabra se refiere al objeto para el cual ellos aún no tienen una etiqueta.

Conclusiones

Naturaleza y atención 

Éstos son algunos de los hallazgos que, tomados en conjunto, expresan convincentemente la naturaleza interactiva del desarrollo. Los niños se enfrentan a la tarea del aprendizaje del lenguaje con mecanismos perceptivos que funcionan de un modo determinado, y con capacidades de atención y memoria finitas. Estos sistemas cognitivos influirán, por lo muy menos, en lo que es advertido en el input lingüístico, y pueden muy bien ser centrales para el proceso de aprendizaje. De igual modo, la experiencia previa que hayan tenido los niños con el mundo material y social proporciona las primeras bases para interpretar el lenguaje que escuchan. Más tarde, también harán uso de las señales percibidas del lenguaje. El curso de la adquisición del lenguaje, sin embargo, no es impulsado exclusivamente desde el interior. La estructura del lenguaje a ser aprendido, y la frecuencia con que diversas formas son escuchadas, también tendrán un efecto. A pesar de los debates teóricos, parece ser que las habilidades del lenguaje reflejan conocimiento y capacidades en prácticamente todos los dominios, y no deberían ser vistas de un modo aislado o insular. 

Implicaciones para la Educación y las Políticas 

Los educadores y los encargados de formular las políticas con frecuencia han ignorado a los preescolares con atraso en el lenguaje en comparación al desarrollo en otras áreas, alegando que dichos niños “están un poco retrasados” en el habla. Por el contrario, la evidencia aportada por las investigaciones sugiere que la adquisición del lenguaje debería3 considerarse un importante barómetro del éxito en tareas integradoras complejas. Como vimos anteriormente, cuando el lenguaje “falla”, otros dominios se ven implicados también – ya sea en calidad de causas o consecuencias. En efecto, significativos estudios epidemiológicos han demostrado que los niños diagnosticados con  trastornos específicos del lenguaje a los cuatro años de edad (vale decir, retardo en la adquisición del lenguaje sin trastornos sensoriales ni motores, trastornos afectivos o retardo mental) corren un alto riesgo de fracaso académico y problemas de salud metal una vez alcanzada la adultez temprana.20, 21 Afortunadamente, la evidencia demostrada por los estudios también indica que es posible acelerar el aprendizaje del lenguaje.22  Aun cuando es el niño quien debe crear los patrones abstractos a partir del input lingüístico, podemos facilitar este aprendizaje (a) presentándole ejemplos lingüísticos acordes a los recursos perceptivos, sociales y cognitivos del niño; y (b) eligiendo metas de aprendizaje que estén en armonía con el curso común de desarrollo.4 

Referencias

  1. Chomsky N. A Review of Verbal Behavior by B.F. Skinner. Language 1959;35:26-58.
  2. Pinker S. Language learnability and language development. Cambridge, Mass: Harvard University Press; 1984.
  3. Elman JL, Bates EA, Johnson MH, Karmiloff-Smith A, Parisi D, Plunkett K. Rethinking innateness: A connectionist perspective on development. Cambridge, Mass: MIT Press; 1996.
  4. Rescorla L. The language development survey: A screening tool for delayed language in toddlers. Journal of Speech and Hearing Disorders 1989;54(4):587-599.
  5. Bates E, Goodman JC. On the inseparability of grammar and the lexicon: Evidence from acquisition, aphasia, and real-time processing. Language and Cognitive Processes 1997;12(5-6):507-584.
  6. Clark EV. The lexicon in acquisition. New York, NY: Cambridge University Press; 1993.
  7. Paul R. Analyzing complex sentence development. In: Miller JF. Assessing language production in children: experimental procedures. Baltimore, Md: University Park Press; 1981:36-40.
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  9. Crystal D, Fletcher P, Garman M. The grammatical analysis of language disability: a procedure for assessment and remediation. London, United Kingdom: Edward Arnold; 1976.
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  11. Hart B, Risley TR. Meaningful differences in the everyday experience of young American children. Baltimore, Md: P.H. Brookes; 1995.
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  13. Leonard L. The use of morphology by children with specific language impairment: Evidence from three languages. In: Chapman RS, ed. Processes in language acquisition and disorders. St. Louis, Mo: Mosby Year book; 1992:186-201.
  14. Nelson KE, Camarata SM, Welsh J, Butkovsky L, Camarata M. Effects of imitative and conversational recasting treatment on the acquisition of grammar in children with specific language impairment and younger language-normal children. Journal of Speech and Hearing Research 1996;39(4):850-859.
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  17. McGregor KK, Friedman RM, Reilly RM, Newman RM. Semantic representation and naming in young children. Journal of Speech, Language, and Hearing Research 2002;45(2):332-346.
  18. Carr L, Johnston J. Morphological cues to verb meaning. Applied Psycholinguistics 2001;22(4):601-618.
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  20. Beitchman JH, Wilson B, Johnson CJ, Atkinson L, Young A, Adlaf E, Escobar M, Douglas L. Fourteen year follow-up of speech/language-impaired and control children: psychiatric outcome. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry 2001;40(1):75- 82.
  21. Young AR, Beitchman JH, Johnson C, Douglas L, Atkinson L, Escobar M, Wilson B. Young adult academic outcomes in a longitudinal sample of early identified language impaired and control children. Journal of Child Psychology and Psychiatry and Allied Disciplines 2002;43(5):635-645.
  22. Nye C, Foster SH, Seaman D. Effectiveness of language intervention with the language/learning disabled. Journal of Speech and Hearing Disorders 1987;52(4):348-357.

Para citar este artículo:

Johnston J. Factores que afectan el desarollo del lenguaje. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Rvachew S, ed. tema. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/desarrollo-del-lenguaje-y-de-la-lectoescritura/segun-los-expertos/factores-que-afectan-el-desarollo. Actualizado: Enero 2010 (Inglés). Consultado el 28 de marzo de 2024.

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