Políticas del Programa Head Start


National Institute for Early Education Research, Rutgers University, EE.UU.
, 2a ed. rev. (Inglés). Traducción: abril 2017

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Introducción  

Con un presupuesto superior a los 8 mil millones de dólares estadounidenses de financiamiento por parte del gobierno estadounidense, durante el año fiscal 2015 y un total de cerca de 940.000 niños matriculados en el programa,1 Head Start es, sin duda, la iniciativa de educación del gobierno federal de mayor envergadura orientada a niños pequeños que viven en situación de pobreza. Creado en 1965, este programa auspiciado con fondos federales, asume un enfoque integral hacia el mejoramiento del aprendizaje y desarrollo infantil, ofreciendo una combinación de servicios tales como salud y nutrición, servicios sociales y educacionales a niños de entre tres y cinco años y a sus familias de escasos recursos. A través de una iniciativa de acompañamiento mucho más pequeña pero en expansión, el programa Early Head Start tiene una cobertura adicional que se ofrece a niños menores de tres años y a madres embarazadas. 

Materia  

Con frecuencia, el programa Head Start es considerado como el laboratorio que el país tiene para desarrollar intervenciones efectivas para niños que viven en situación de pobreza. Como tal, los temas que afectan a este programa tienen amplias implicaciones para las políticas de educación preescolar en general. Head Start comenzó como un programa de jornada parcial y de verano para la mayoría de los niños. Actualmente, los niños pueden inscribirse a Head Start/Early Head Start por dos años o más, y muchos programas funcionan jornada completa o se integran con otros programas para ofrecer una jornada extendida. Sin embargo, subsisten preguntas relevantes sobre la disponibilidad y efectividad del programa. ¿Cuáles son los resultados de las investigaciones sobre sus alcances y resultados? ¿Cuáles son algunos de los principales temas de políticas que Head Start enfrentará en el futuro? 

Problemas 

Head Start ha enfrentado desafíos para alcanzar el objetivo de proporcionar servicios integrales a niños provenientes de familias de escasos recursos. La principal causa de estas dificultades es el hecho que Head Start no dispone de suficiente financiamiento para atender al conjunto de niños que viven en situación de pobreza. Además, puesto que las familias entran y salen de la línea de pobreza, reclutar a los niños que pudieran cumplir los requisitos para participar en la intervención en un momento determinado ha sido un desafío constante. Finalmente, la combinación óptima de servicios (educación, social, salud, etc.), junto a la certificación profesional de los docentes (inferior a que exigen todos los jardines de infancia y algunas iniciativas para edades más tempranas), y el currículo (cómo y qué enseñar) son aún materias de debate. 

Contexto y Preguntas de Investigación Clave 

Desde fines de la década de 1960, ha habido una serie de estudios sobre el impacto de Head Start, algunos sugieren que el programa es efectivo, en tanto que otros sugieren que sus beneficios son transitorios. No obstante, gran parte de estas investigaciones adolecen de problemas metodológicos que dificultan la interpretación precisa de los hallazgos. Sin embargo, la evidencia acumulada respalda la conclusión general relativa a que los niños que asisten a Head Start reciben beneficios tanto a corto como a largo plazo.2  Los estudios llevados a cabo a lo largo de  las dos últimas décadas se han realizado con una metodología más acuciosa y proporcionan mejores estimaciones de los impactos que los estudios anteriores. Una pregunta clave es la siguiente: ¿Cómo afecta Head Start el desarrollo de los niños, en comparación con niños demográficamente similares que no asisten al programa?  

Resultados de Investigaciones Recientes  

Estudios innovadores y cada vez más rigurosos han ampliado la base de conocimientos de Head Start, con nuevas implicaciones sobre la forma en que el programa puede apoyar mejor a los niños que participan en él. 

En un estudio sobre los efectos a largo plazo del programa, Garcés, Thomas, y Currie3  analizaron los datos de nivel nacional de los auto-reportes sobre la asistencia al programa, para comparar pares de hermanos en los que sólo uno de ellos participó en la iniciativa. Los beneficios informados en este estudio incluyen un mayor índice de finalización de la secundaria e ingreso a educación superior en participantes blancos, y reducción de arrestos o condenas entre participantes afro-americanos. Los límites de esta investigación incluyen la incapacidad para confirmar la precisión de la asistencia auto-reportada de Head Start, y el uso de supuestos estadísticos relativos a que la participación de uno de los hermanos en el programa no produce efectos sobre el que no participa. Otro enfoque creativo para estimar los beneficios a largo plazo de este programa encontró aumentos en las tasas de término de la secundaria e ingreso a la educación superior.4 

En 1997, los investigadores comenzaron a recopilar información para un estudio a gran escala con financiamiento federal denominado Encuesta sobre las Experiencias del Niño y su Familia (Family and Child Experiences Survey, FACES).5 La encuesta FACES fue diseñada para investigar el impacto de los servicios educativos e integrales de Head Start utilizando muestras representativas a nivel nacional. Este estudio está en progreso, y se han puesto a disposición datos de cinco cohortes de niños. Sin embargo, pese al alcance de este estudio descriptivo y a las muestras representativas, no se utilizaron grupos de comparación y el estudio carece de un método sólido para inferir los impactos del programa en el aprendizaje y desarrollo de los niños. 

En un estudio a pequeña escala, Abbott-Shim et al.6 utilizaron un diseño aleatorio para seleccionar a niños para el programa Head Start, mediante una lista de espera. Los participantes fueron comparados posteriormente con aquellos que no asistieron a la iniciativa. Los investigadores señalaron una variedad de resultados positivos en el primer caso, incluyendo en los campos de la cognición y la salud, así como en los hábitos de seguridad e higiene de los padres. 

El Estudio de Impacto con financiamiento federal de Head Start (Head Start Impact Study),7 integra las mejores características de diseño de la investigación realizada anteriormente sobre el programa, empleando un diseño riguroso con una muestra representativa a nivel nacional de cerca de 5.000 niños. A partir del año 2002, niños de tres a cuatro años fueron asignados al azar, unos al grupo Head Start y otros a un grupo sin Head Start, creando así una base más rigurosa para analizar los efectos de Head Start y eliminando la preocupación respecto del sesgo de selección asociado a estudios anteriores. Este diseño experimental, que complementa un estudio experimental a gran escala de Early Head Start,8 halló un efecto positivo a largo plazo para niños y para sus padres. 

El Estudio de Impacto examinó el progreso en los campos parentales, sanitarios, socio-emocional y cognitivo tanto de los participantes de Head Start como de los que no participaron en él. Los resultados iniciales mostraron efectos modestos al participar por sólo un año en el programa. Por ejemplo, el efecto en el vocabulario receptivo llegó a 1/10 de una desviación estándar, casi lo mismo que se encontró en el Early Head Start. Además, no se descubrieron efectos significativos en matemáticas. Después de un año de participación el mayor impacto de Head Start se encontró en los informes parentales sobre la habilidad de lectoescritura infantiles y en recepción de atención dental. El diseño del Estudio de Impacto permitió también a los investigadores examinar los efectos a largo plazo en la escuela elemental.9 En general, las comparaciones de seguimiento longitudinales hallaron que los resultados positivos iniciales hallados después de un año de participación en el programa Head Start no se mantuvieron de forma consistente a final del tercer curso. A pesar de que esta investigación fue diseñada de forma rigurosa, cabe mencionar que la interpretación de los datos presenta algunos problemas, debido al hecho de que la mayoría de los niños de la comparación participaron en otros programas de preescolar (o incluso Head Start) después de ser asignados al grupo de control del estudio.  

Conclusiones 

Pese a que Head Start ha sido tema de investigación a lo largo de toda su historia desde sus comienzos en los 60, muchas cuestiones siguen sin resolverse. Los hallazgos de este conjunto de investigaciones desarrollado con mayor acuciosidad a lo largo de las dos últimas décadas, indican que la participación en Head Start ha arrojado resultados positivos moderados en los niños. Sin embargo, la magnitud de estos impactos y las preguntas sobre el grado de permanencia de este sugieren que el programa no ha logrado su potencial pleno. Una explicación posible de este problema es que los servicios educativos ofrecidos por Head Start han sido muy precarios. En particular, los datos observacionales han indicado que la calidad de la instrucción ha estado por debajo de lo esperado, mientras que el apoyo emocional ha sido bastante apropiado. Probablemente mejorar esto requiera un mayor desarrollo profesional y otras inversiones en el personal.10  Head Start carece de presupuesto para contratar a docentes con capacitación similar a la de los docentes de preescolar, con grado de licenciatura específicamente, y para pagarles sueldos comparables. La última actualización de Head Start requería que al menos la mitad de los docentes de Head Start que impartieran clases en los establecimientos tuvieran título profesional al año 2013, y en el año fiscal 2015, el 73 % de los docentes de los niños de preescolar en entornos de Head Start basados en centros tenían título profesional.1 Esto tiene el potencial de mejorar la calidad de los servicios de Head Start más allá de los servicios ofrecidos cuando comenzó el Estudio de Impacto de Head Start. Sin embargo, a la hora de contratar y retener docentes con títulos de educación superior, Head Start debe competir con programas de infancia temprana y jardín de infancia con salarios más altos. Como resultado, la calificación docente y las compensaciones siguen siendo un tema crucial en Head Start.

Implicaciones 

Head Start representa una oportunidad temprana para que los niños pequeños que viven en situación de pobreza logren éxito académico. Sin embargo, con el actual nivel de presupuesto, el programa no puede llegar a todos los niños que lo requieren. Para muchos de quienes acceden al programa, Head Start no puede proveer docentes debidamente capacitados. Además, los beneficios asociados con la participación en Head Start son más pequeños en magnitud que aquéllos demostrados por las iniciativas preescolares con una modalidad más intensiva. 

Al establecer prioridades para el futuro de Head Start, los legisladores enfrentan diversas decisiones de envergadura. ¿Debería ampliarse el programa para dar cobertura a todos los niños de escasos recursos? ¿Cómo pueden seguir mejorándose las cualificaciones de los docentes, y cuáles son las implicaciones para el salario y la retención de docentes de una cualificación más alta? ¿Cómo pueden coordinarse los servicios de Head Start con otros servicios de infancia temprana que a menudo están dirigidos a poblaciones de niños similares? ¿Qué combinación de componentes del servicio es óptima, y qué tipo de currículo se debería ofrecer? En la medida en que Head Start continua desarrollándose, la investigación sobre el programa continuará contribuyendo a nuestro conocimiento sobre cómo realizar intervenciones más efectivas a niños que viven en situación de pobreza. 

Referencias

  1. U.S. Department of Health and Human Services, Administration for Children and Families, Office of Head Start. Head Start program facts: Fiscal year 2015. Available at: https://eclkc.ohs.acf.hhs.gov/hslc/data/factsheets/docs/head-start-fact-sheet-fy-2015.pdf. Accessed January 17, 2017.
  2. Barnett WS, Hustedt JT. Head Start’s lasting benefits. Infants and Young Children 2005;18(1):16-24.
  3. Garces E, Thomas D, Currie J. Longer term effects of Head Start. Cambridge, Mass: National Bureau of Economic Research; 2000. NBER Working Paper no. 8054. Available at:http://www.nber.org/papers/w8054. Accessed January 17, 2017.
  4. Ludwig J, Miller DL. Does Head Start improve children's life chances? Evidence from a regression discontinuity design. Cambridge, Mass: National Bureau of Economic Research; 2005. NBER Working Paper no. 11702.  Available at:  http://www.nber.org/papers/w11702. Accessed January 17, 2017.
  5. U.S. Department of Health and Human Services, Administration for Children and Families, Office of Planning, Research and Evaluation. Head Start Family and Child Experiences Survey (FACES) 1997-2018. Available at: https://www.acf.hhs.gov/opre/research/project/head-start-family-and-child-experiences-survey-faces. Accessed January 17, 2017.
  6. Abbott-Shim M, Lambert R, McCarty F. A comparison of school readiness outcomes for children randomly assigned to a Head Start program and the program's wait list. Journal of Education for Students Placed at Risk 2003;8(2):191-214.
  7. U.S. Department of Health and Human Services, Administration for Children and Families. Head Start Impact Study: First year findings. Washington, DC: U.S. Department of Health and Human Services, Administration for Children and Families; 2005. Available at: https://www.acf.hhs.gov/opre/resource/head-start-impact-study-first-year-findings. Accessed January 17, 2017.
  8. Love JM, Kisker EE, Ross CM, Schochet PZ, Brooks-Gunn J, Paulsell D, Boller K, Constantine J, Vogel C, Fuligni AS, Brady-Smith C. Making a difference in the lives of infants and toddlers and their families: The impacts of Early Head Start. Washington, DC: U.S. Department of Health and Human Services, Administration for children and families; 2002. Available at: https://www.acf.hhs.gov/opre/resource/making-a-difference-in-the-lives-of-infants-and-toddlers-and-their-families-0. Accessed January 17, 2017.
  9. Puma B, Bell S, Cook R, Heid C, Broene P, Jenkins F, Masburn A, Downer J. Third grade follow-up to the Head Start Impact Study: Final report. Washington, DC: U.S. Department of Health and Human Services, Administration for Children and Families Office of Planning Research and Evaluation; 2012. Available at: https://www.acf.hhs.gov/opre/resource/third-grade-follow-up-to-the-head-start-impact-study-final-report. Accessed January 17, 2017.
  10. Barnett WS, Friedman-Kruass AH. State(s) of Head Start; 2016. New Brunswick, NJ: NIEER. Available at: http://nieer.org/wp-content/uploads/2016/12/HS_Full_Reduced.pdf. Accessed January 26, 2016.

Para citar este artículo:

Hustedt JT, Barnett WS. Políticas del Programa Head Start. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/politicas-del-programa-head-start/segun-los-expertos/politicas-del-programa-head-start. Actualizado: Abril 2017 (Inglés). Consultado el 28 de marzo de 2024.

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