Investigaciones actuales sobre efectos de los jardines infantiles


Harvard University, EE.UU.
, 2a ed. (Inglés). Traduccíon: enero 2010

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Introducción

El cuidado infantil se puede definir como el cuidado de niños pequeños efectuado por  adultos que no son sus padres. El cuidado infantil informal, proporcionado por parientes, niñeras o servicios de cuidado infantil, generalmente ocurre en un hogar (ya sea donde vive el niño o el adulto), en tanto que el cuidado formal otorgado por cuidadores capacitados o sin capacitación se realiza en escuelas o jardines infantiles/salas cuna.

Materia

Actualmente, el cuidado de niños es un aspecto común de la vida infantil en la mayoría de los países occidentales. Más de la mitad de los bebés reciben algún tipo de cuidados al menos durante diez horas durante su primer año de vida, y más de tres cuartos de las familias con niños pequeños dependen del cuidado como un apoyo para el empleo maternal. Los jardines infantiles también entregan educación infantil temprana. De hecho, el cuidado infantil, la sala cuna, y los programas de preescolar son frecuentemente difíciles de diferenciar por la similitud de sus actividades.1

Problema

El drástico aumento del empleo maternal durante los últimos 25 años ha llevado a un aumento en la dependencia de los servicios de cuidados de niños, desde su nacimiento hasta los 5 años de edad. Esta tendencia representa un cambio radical en los estilos de crianza de los niños, y ha causado preocupación sobre si estos servicios implican algún riesgo para el desarrollo saludable.

Contexto de la Investigación

Hay tres corrientes de investigación sobre el cuidado de niños. La primera, se ha enfocado en establecer comparaciones, por lo general simplistas, entre los niños que reciben cuidados no parentales y aquéllos que reciben cuidado materno exclusivamente. Estos estudios presentan dos problemas: los investigadores no pudieron lograr conclusiones definitivas sobre los efectos del cuidado infantil, porque estos dos grupos de bebés presentaron diferencias en múltiples aspectos y porque el tipo de  cuidado que recibieron fue tratado como una experiencia similar. La segunda corriente se centró en las variaciones de la calidad del cuidado infantil y realizó controles estadísticos sobre diferencias preexistentes entre las familias. La tercera tendencia ha ampliado estas investigaciones, modelando la forma en que los contextos de la familia y el cuidado  influyen conjuntamente en el desarrollo infantil.

Preguntas de Investigación Clave

Hay cuatro preguntas que han impulsado la investigación sobre el cuidado infantil durante los últimos diez años. De ellas, la principal consiste en si la jornada prolongada en el primer año de vida afectaría la relación de apego madre-hijo. Por ejemplo, los teóricos en la materia2 plantearon la hipótesis relativa a que las separaciones diarias pueden causar pérdidas de confianza en los bebés y receptividad de sus padres y reducir las oportunidades para desarrollar interacciones. La segunda área de investigación se refiere al impacto de los cambios de proveedores de calidad  en el desarrollo de los niños, especialmente con respecto a las habilidades de rendimiento escolar. La tercera enfoca la extensión del cuidado como un factor de riesgo de problemas conductuales, como la agresividad. La cuarta se relaciona con los efectos de los tipos de cuidado que se han analizado.

Resultados de Investigaciones Recientes 

Apego Madre-Hijo

Estudios tempranos condujeron a resultados mixtos en relación a si el cuidado prolongado implica un riesgo para el desarrollo de relaciones de apego seguro en niños pequeños. Por esta razón, el NICHD lanzó su Estudio de Atención en la Infancia Temprana y Desarrollo Juvenil (Study of Early Child Care and Youth Development), un estudio longitudinal de 1.350 niños, desde el nacimiento hasta el 6º grado. Para evaluar las relaciones de apego de los niños con sus madres, los investigadores utilizaron un procedimiento denominado Situación Extraña (Strange Situation), que consiste en una serie de separaciones y reencuentros entre el bebé y su madre en presencia de un extraño3. Todos los niños sufrieron estrés durante las separaciones. Sin embargo, los niños seguros se tranquilizaron cuando volvieron a ver a sus madres. Se analizaron los parámetros de cinco servicios de cuidado distintos  y se establecieron asociaciones entre factores como seguridad y la edad de ingreso al programa, la continuidad del cuidado por un mismo proveedor, el tipo de intervención, la calidad y la extensión del servicio. No obstante, se detectó que ninguna de estas asociaciones era significativa. De forma previsible, la sensibilidad de la madre predijo el estatus de seguridad de los niños con sus madres.

Calidad del Cuidado Infantil

La calidad del cuidado se puede evaluar por los rasgos estructurales del jardín infantil. Por ejemplo, la proporción personal-niños, el tamaño del grupo, la educación formal y la capacitación del cuidador. Esta clase de variables son relevantes políticamente, porque los gobiernos pueden y de hecho regulan los programas de cuidados infantiles.  Por ejemplo, generalmente se acepta una proporción de 3 o 4 bebés por docente en un umbral de calidad en los países occidentales. También es posible evaluar el cuidado de niños de calidad en base a observaciones de conductas que reflejen interacciones positivas entre los niños con los docentes o con sus pares. En estos establecimientos, los docentes son sensibles y receptivos a las necesidades de los niños, ofrecen un ambiente rico en lenguaje, organizan actividades que fomentan el desarrollo, y refuerzan a los niños a comportarse de forma prosocial.

En estudios avanzados y controlados, los efectos de las diferencias de los orígenes familiares entre los niños están controlados estadísticamente en un esfuerzo para aislar la importancia del cuidado infantil. Resultados de un extenso número de estudios demostraron que la calidad del cuidado es importante. De hecho, esta relevancia es uno de los hallazgos más sólidos de la psicología del desarrollo. Los niños que reciben cuidados de calidad tienen mayores puntajes en pruebas de logros y lenguaje, muestran mejores habilidades sociales y presentan menos problemas conductuales.4 El cuidado infantil funciona también como una intervención para los niños de las familias de alto riesgo. Los niños de familias con menos recursos económicos que asisten a programas de calidad, comienzan la escuela con habilidades que pueden aumentar sus oportunidades de éxito académico.

Jornada del Cuidado de Niños

Pese a que la literatura no es consensual al respecto, existe una evidencia creciente de que la cantidad de horas en el jardín infantil puede constituir un factor de riesgo para el desarrollo de problemas conductuales, incluyendo la agresividad. Algunos investigadores vinculan estos riesgos con el cuidado infantil en particular;5  sin embargo, otros no han logrado replicar este hallazgo incluso al utilizar la misma serie de datos.6 Los investigadores del NICHD encontraron que mientras más tiempo pasa un niño bajo cuidado no parental, de diversos tipos, durante los primeros cinco años de vida, externaliza más su conducta problemática (por ejemplo, mayor agresividad y desobediencia) y manifiesta sus conflictos con los adultos a partir de los cuatro años y medio y en jardín infantil.7 Sorprende que estos hallazgos no varíen según la calidad del cuidado. Es importante añadir que los efectos son relativamente pequeños, que la mayoría de los niños con jornadas prolongadas de cuidados no parentales no tiene problemas de conducta y que la dirección de tales efectos no es clara; en otras palabras, los padres con niños con conductas más problemáticas pueden inscribir a sus hijos en estos servicios por más horas. En trabajos futuros, será importante identificar los procesos en los cuales el número de horas en el programa pueda significar un riesgo. Por ejemplo, algunos investigadores han especulado que los grupos más grandes (exposición a muchos pares) pueden aumentar la externalización de conductas que pasan inadvertidas y que, por lo tanto, los cuidadores no corrigen.

Tipos de Cuidado

Tanto el sistema formal como el jardín infantil, traen ventajas y desventajas. Existe una evidencia sistemática que señala que los servicios con más niños suponen un riesgo para la salud. Los niños que asisten a estos jardines infantiles y los que reciben cuidados en hogares, presentan mayores índices de enfermedades contagiosas tempranamente, incluyendo las infecciones del oído, enfermedades a las vías respiratorias superiores y enfermedades gastrointestinales.8 Los establecimientos más formales también fomentan las habilidades de apresto escolar.9

Conclusiones

La conclusión principal en relación al cuidado infantil, es que sus efectos son complejos y varían fundamentalmente en función de la calidad del servicio.  En otras palabras, el hecho que el cuidado implique un riesgo para los niños, los proteja de hogares vulnerables, o fomente resultados de desarrollo adecuado, dependerá de la calidad del cuidado. Hay algunas señales que indican que las diferencias individuales entre los niños con respecto a características como temperamento, curiosidad, capacidad cognitiva y género, tendrían una influencia sobre la forma en que cada niño vive la experiencia de cuidado infantil, aunque se requiere de más investigación sobre estas variables. En la mayoría de los estudios, los factores familiares son, por lo general, mejores factores predictivos del desarrollo infantil que las variables relativas al cuidado. Por ejemplo, un programa de calidad puede neutralizar la influencia negativa de la depresión maternal respecto del desarrollo emocional y social del niño. Cuando las familias toman decisiones respecto del tipo de establecimiento que elegirán para su hijo, deberían  estar motivadas por la certeza que, cuando todo está dicho y hecho, lo que más importa es el cuidado que ellos, como familia, brindan a sus hijos.

Implicancias

Los jardines infantiles de calidad fomentan el desarrollo social, lingüístico e intelectual de los niños. Sin embargo, la mayoría de los niños no accede a programas de excelencia porque sus padres no pueden solventar dicho gasto.10 De ahí que los investigadores continúen expresando su preocupación pues la mayoría de los establecimientos no cumplen con los estándares de calidad.  Por ejemplo, el Estudio de Cuidado Infantil Temprano del NICHD (NICHD Study of Early Child Care), observó que el 56% de los centros eran de mala calidad.11  Esta evidencia apenas sorprende, dado que el personal de los jardines infantiles normalmente no está capacitado y recibe bajos sueldos. En la mayor parte de los países occidentales, las políticas sociales orientadas al mejoramiento de la calidad de estos programas, están haciendo esfuerzos por mejorar la calidad. Estas iniciativas incluyen desde la capacitación de los docentes hasta normas más estrictas para los subsidios de los programas, especialmente para los niños de familias de escasos recursos. Sin embargo, para que estos programas tengan éxito, los gobiernos deben decidirse a invertir en la educación de la infancia temprana y el cuidado infantil. Los análisis costo-beneficio sugieren que estas inversiones darán como resultado un mejor desempeño escolar en los próximos años.12

Referencias

  1. National Research Council. Eager to learn: Educating our preschoolers. Washington, DC: National Academy Press; 2001.
  2. Sroufe LA. A developmental perspective on daycare. Early Childhood Research Quarterly 1988;3(3):283-291.
  3. NICHD Early Child Care Research Network. The effects of child care on infant-mother attachment security: Results of the NICHD study of early child care. Child Development 1997;68(5):860-879.
  4. Lamb M. Nonparental child care: Context, quality, correlates, and consequences. In: I. Sigel I & Renniger K, eds. Handbook of child psychology: Vol. 4. Child psychology in practice. 5th ed. New York, NY: Wiley; 1998:73-134.
  5. Baydar N, Brooks-Gunn J. Effects of maternal employment and child care arrangements on preschoolers’ cognitive and behavioral outcomes: Evidence from the children of the national longitudinal survey of youth. Developmental Psychology 1991;27(6):932-945.
  6. Ketterlinus RD, Henderson SH, Lamb ME. Les effets du type de garde de l’emploi maternel et de l’estime de soi sur le comportement des enfants [The effect of type of child care and maternal employment on children’s behavioral adjustment and self esteem]. In: Pierrehumbert B ed. L’accueil du jeune enfant: Politiques et recherches dans les différents pays [Child care in infancy: Policy and research issues in different countries]. Paris, France: Les Editions Sociales; 1992:150-163.
  7. NICHD Early Child Care Research Network. Does amount of time spent in child care predict socioemotional adjustment during the transition to kindergarten? Child Development 2003;74(4); 976-1005.
  8. Johansen A, Leibowitz A, Waite L. Child care and children’s illness. The American Journal of Public Health 1988;78(9):1175-1177.
  9. NICHD Early Child Care Research Network. Early child care and children’s development prior to school entry: Results from the NICHD Study of Early Child Care. American Educational Research Journal 2002;39(1):133-164.
  10. Helburn SW, Bergmann BR. America's Child Care Problem. New York, NY: Palgrave; 2002.
  11. NICHD Early Child Care Research Network. The interaction of child care and family risk in relation to child development at 24 and 36 months. Applied Developmental Science 2002;6(3):144-156.
  12. Barnett WS. Long-term effects on cognitive development and school success. In: Barnett WS, Boocock SS, eds. Early care and education for children in poverty: Promises, programs, and long-term results. Albany, NY: State University of New York; 1998:11-44.

Para citar este artículo:

McCartney K. Investigaciones actuales sobre efectos de los jardines infantiles. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Bennett J, ed. tema. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/cuidado-infantil-educacion-y-cuidado-en-la-primera-infancia/segun-los-expertos/investigaciones. Actualizado: Febrero 2007 (Inglés). Consultado el 8 de diciembre de 2024.

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