Edad de Ingreso a la Escuela


Stanford University School of Education, EE.UU.
(Inglés). Traducción: diciembre 2009

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Introducción

¿A qué edad deberían los niños ingresar a la educación formal? Las prácticas varían ampliamente en los diversos los países y al interior de éstos e incluso entre las familias de comunidades pequeñas. La pregunta empírica concierne a la edad en la cual los niños están preparados intelectual y emocionalmente para un programa de educación formal.

Materia 

Se debate sobre la edad en que debería permitirse el ingreso de los niños a la escuela, y cuándo debiera requerirse. Muchos padres se preguntan si deberían enviar a sus hijos al colegio tan pronto éstos reúnan los requisitos indicados o mantenerlos fuera de ella un año más para aumentar sus posibilidades de éxito. Este informe sintetiza la evidencia respecto de la edad en la cual los niños ingresan a la escuela  y el efecto en su desarrollo académico y social. 

Problemas

Identificar la edad apropiada para que los niños ingresen a la escuela es complicado por el hecho que no todos se desarrollan al mismo ritmo. Se encontrará gran diversidad entre los niños respecto del apresto, más allá de la edad en la que se les permite a los niños ingresar a la escuela. El apresto también varía en función de las experiencias apropiadas para entrar al colegio. Los niños que han tenido amplia experiencia en el grupo de centros abiertos u otras experiencias en programas de educación parvularia pueden sentirse más cómodos y mejor preparados para manejarse en el colegio que sus compañeros de generación con menor experiencia en estos establecimientos. La edad, por lo tanto, será siempre un predictor débil de apresto escolar. 

Contexto de la Investigación

Se han utilizado tres estrategias para evaluar los efectos de la edad del ingreso a la escuela en los logros académicos de los niños y, ocasionalmente, en los resultados motivacionales o socio-emocionales  alcanzados.  Primero, los estudios han comparado resultados de los niños que han retrasado un año el ingreso a la escuela con niños que entraron en cuanto cumplieron con los requisitos. Una segunda estrategia metodológica consiste simplemente en comparar los niños de un mismo grado con diferentes fechas de nacimiento. Si se toma una muestra de cualquier grado, se encontrará al menos una diferencia de edad hasta de 12 meses. Al asumir que las fechas de nacimiento de los niños se han distribuido aleatoriamente, las asociaciones entre esta variación natural en la edad de ingreso y los resultados logrados sugieren un efecto etáreo. Sólo un reducido número de los estudios que han utilizado esta metodología evalúa cambios en los logros durante el año escolar; por tanto, éstos no pueden utilizarse para determinar si los niños de más edad logran mayores beneficios de la escuela (por ejemplo,  mejor rendimiento) que los de menos edad. Sin embargo, estos estudios proporcionan información respecto a si los niños mayores tienen mejor rendimiento académico, en promedio, que los más pequeños.  La tercera estrategia, y la más potente, consiste en comparar niños de la misma edad, pero que cursan distintos niveles, con niños que tienen un año de diferencia entre sí y que están en el mismo grado. Esta estrategia brinda información de los efectos relativos a un año adicional de tiempo (madurez y experiencia general fuera de la escuela) versus un año adicional de estudios. . 

Resultados de la Investigación 

Ingreso tardío. Los estudios que analizan a los niños que han retrasado en un año su ingreso a la escuela son difíciles de interpretar debido al sesgo de selección por el cual los padres deciden mantenerlos fuera de la escuela. Los estudios han descubierto que comparar niños que retrasaron su ingreso con aquéllos que comenzaron el colegio cuando cumplieron los requisitos carece de consistencia. En el caso de que se encuentren diferencias en los resultados entre ambos grupos, éstas son escasas. 

Diferencias de edad. Los hallazgos de estudios que comparan niños relativamente mayores y  aquéllos que son pequeños para el nivel académico en el que están también varían de alguna forma, aunque emerge de ellos un cuadro bastante claro. La mayor parte de las investigaciones muestran diferencias en los primeros años de escuela que favorecen a los niños más grandes,2,3 en tanto que algunos estudios revelan diferencias en los últimos años de escuela primaria.2-4  Sólo un reducido número de estudios no encontró diferencias en ninguna de las pruebas de logros, incluso en las de jardín infantil.5,6 En la mayoría de los estudios que mostró diferencias significativas de edad en los primeros años, éstas eran menores 7-9 o desaparecían en los cursos superiores de enseñanza básica.6,10-13

En síntesis, estos estudios sugieren alguna pequeña ventaja para los niños mayores, pero ésta se reduce o desaparece con los años. Los hallazgos no sugieren que ser mayor sea mejor en todo sentido. Todos estos estudios utilizan la edad relativa como una variable independiente. Dependiendo de la edad de ingreso a la escuela determinada por cada comunidad local o el estado, un niño que se ubica como relativamente mayor en un estudio, respecto del nivel al que asiste, podría haber tenido la edad promedio en otra investigación. De igual forma, los hallazgos no sugieren que los niños mayores aprendan más en la escuela que los pequeños. Las diferencias de aprendizaje en relación a la edad, cuando se encontraron, fueron, por lo general, más significativas en los primeros años que en los últimos, indicando que los niños más pequeños realmente tendieron a aprender más, alcanzando con frecuencia el nivel de sus pares mayores tras haber cursado un par de años de escuela. Incluso en los primeros años de enseñanza básica, la magnitud del efecto edad parece ser pequeño. La mayoría de los estudios no compara la edad con otros factores que influyen en el rendimiento escolar, pero en un caso que sí fue posible determinar esta relación: la proporción de riesgo de escaso rendimiento atribuido al origen étnico y a factores socioeconómicos fue 13 veces superior al determinante etáreo9.

Escuela versus tiempo para madurar. Más relevante a la pregunta de la edad de ingreso escolar son los estudios comparativos entre niños de la misma edad pero que están en diferentes niveles versus niños de un mismo grado y que pueden tener  hasta un año de diferencia, aproximadamente. La primera comparación proporciona información sobre el efecto de un año de escolaridad, manteniendo constante la edad.  La segunda comparación proporciona información sobre el efecto de la edad cronológica, manteniendo los años de escolaridad constantes. Los hallazgos de los estudios que utilizan estos métodos sugieren que la escolaridad es la variable más potente en la mayoría de las habilidades cognitivas medidas. En matemáticas y en muchos aspectos de la lectura y alfabetización, la mayoría de los estudios consignaron que los niños que estaban en la escuela obtuvieron mayores beneficios en un año que aquéllos de la misma edad que no asistieron al colegio.14-20  La evidencia también sugiere que la edad, al menos en el rango estudiado, no es un factor determinante respecto del beneficio que los niños pueden obtener cursando un año de escuela.18,19

Los estudios que comparan la edad y los efectos de la escolaridad sugieren que la intervención educacional contribuye más a las competencias cognitivas globales de los niños que la madurez, y que aquéllos relativamente más pequeños se benefician tanto como los mayores. El efecto escolar es relevante en un sentido tanto absoluto como relativo. En el estudio de Crone y Whitehurst20, por ejemplo, un año de escuela  explicaba el 62% del mejoramiento de las habilidades de  lectoescritura en el jardín infantil y un 81% en segundo grado. Por su parte, Cahan y Cohen14 informaron que el efecto de un año escolar en el desarrollo era equivalente al doble del efecto de un año de edad.  

Conclusiones

La evidencia sugiere que en el rango de los cinco a seis años de edad en el cual la mayoría de los niños ingresa a la escuela en los Estados Unidos (donde se realizó la mayoría de los estudios citados), la edad no constituye un predictor significativo de un eventual éxito académico. La investigación existente no apoya las recientes tendencias estadounidenses de aumentar la edad de ingreso a la escuela (por ejemplo, cinco años cumplidos a diciembre del año de ingreso al jardín infantil, hasta cumplir cinco años en septiembre o incluso antes, conforme al calendario escolar de los EE.UU.). Al contrario,  el tiempo en la escuela pareciera contribuir más a las habilidades académicas de los niños pequeños que el tiempo invertido en otras actividades fuera de ella. La investigación sobre el sistema de centro abierto y educación parvularia sugiere también las ventajas de estos establecimientos para preescolares21. Por lo tanto, queda claro que los niños obtienen mayores beneficios al participar de algún programa educacional cuando pequeños. 

Muchos expertos en primera infancia han cuestionado la noción de “apresto escolar” en sí misma. Claramente, todos los niños de en todas las edades están “preparados para aprender”. La pregunta significativa no es si un niño está o no listo para aprender, sino sobre qué está preparado para aprender. Incluso, “el apresto para la lectura”, un concepto  con una larga historia en el desarrollo infantil temprano,  tiene poco sentido en el contexto de las conceptualizaciones actuales de alfabetización emergente, que incluyen cultura general, habilidades de lenguaje y vocabulario, e incluso las primeras letras. La alfabetización, de acuerdo a los estudios actuales, comienza a desarrollarse mucho antes de que los niños ingresen a la escuela21,22.  El concepto actual de matemáticas también adopta la noción de desarrollo gradual que se inicia a temprana edad. El trabajo reciente sobre el desarrollo de la comprensión matemática indica que la comprensión de conceptos numéricos básicos se presenta y debe fomentarse en niños  menores de tres años.23 Las políticas relevantes se refieren a la forma de dar acceso a programas educacionales a todos los niños pequeños, y garantizar que estos programas sean apropiados para las habilidades académicas y sociales particulares de los niños.  

Referencias

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  23. Griffin S, Case, R. Re-thinking the primary school math curriculum: An approach based on cognitive science. Issues in Education 1997;3:1-65.

Para citar este artículo:

Stipek DJ. Edad de Ingreso a la Escuela. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/transicion-la-escuela/segun-los-expertos/edad-de-ingreso-la-escuela. Publicado: Junio 2003 (Inglés). Consultado el 20 de abril de 2024.

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