El juego es un fenómeno universal y un derecho de la infancia. Es espontáneo, satisfactorio y divertido, y tiene varios beneficios.
- Educativos: ayuda a los niños a aprender y a desarrollar habilidades que constituyen la base para aprender a leer, escribir y realizar operaciones matemáticas.
- Sociales: ofrece oportunidades para socializar con los compañeros de su edad, y para aprender a comprender a los demás, a comunicarse y a negociar.
- Cognitivos: anima a los niños a aprender, imaginar, categorizar y resolver problemas.
- Terapéuticos: Da a los niños la oportunidad de expresar aspectos problemáticos de su vida cotidiana, como estrés, traumas, conflictos familiares y otros dilemas.
Nuestros hijos viven en una época de agendas apretadas y altas expectativas de logro, y deberíamos esforzarnos para darles tiempo y espacio para que descubran los beneficios del juego libre.