Depresión Perinatal y los Niños: Una Perspectiva del Desarrollo


Emory University, EE.UU
(Inglés). Traducción: marzo 2011

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Introducción

La depresión perinatal en madres, definida como la depresión que ocurre durante el embarazo o después del parto, es motivo de preocupación para todos aquellos quienes se involucran con estas familias. Estas preocupaciones se derivan de la comprensión sobre el importante rol que juega un embarazo saludable y la atención cálida de las madres en el desarrollo fetal e infantil y la manera cómo la depresión puede inferir. La investigación emergente revela los efectos de la depresión perinatal en el desarrollo psicológico infantil de hijos de madres deprimidas, con énfasis en las vulnerabilidades para desarrollo posterior de psicopatologías y mecanismos similares. Aunque quedan muchas preguntas, pueden trazarse algunas conclusiones sobre los efectos de la depresión perinatal en el desarrollo infantil y sobre las implicaciones para padres, servicios y hacedores de políticas. 

Materia

La depresión es común, especialmente en mujeres. Durante el embarazo, las tasas de episodios de depresión mayor,  tales como se definen por el Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales, Cuarta Edición (DSM-IV), oscilan entre 10-17%1-3 con una variabilidad significativa entre las estimaciones4. Adicionalmente, un meta-análisis estimó que la depresión posparto menor o mayor ocurre hasta en el 19.2% de las mujeres, con la depresión mayor  más estrechamente definida en un 7.1% de madres nuevas4. La depresión perinatal ocurre en tasas similares como en el período posparto, índices que no son significativamente diferentes de los índices en mujeres no embarazadas o mujeres en posparto. Finalmente, dado que la depresión perinatal es uno de los predictores más fuertes de la depresión posnatal5, muchos niños están expuestos tanto en el desarrollo fetal como en el desarrollo infantil.  

Problemas 

Desde una perspectiva del desarrollo, el momento de exposición a la depresión materna es una consideración importante, especialmente en términos de los riesgos particulares al desarrollo, a los factores de resiliencia que lo niños evidencian, y a los mecanismos mediante los cuales esos riesgos probablemente se transmitirían. De particular preocupación es que desde temprano, los hijos de madres deprimidas puedan desarrollar vulnerabilidades para la depresión posterior u otros problemas. La depresión perinatal no solo puede alterar el desarrollo de los sistemas biológicos relacionados con el estrés en el feto, sino que también pueden aumentar el riesgo de complicaciones obstétricas6. La depresión posnatal también puede ser un factor estresante temprano en la vida debido a su conocida asociación con bajos niveles de sensibilidad, con la necesidad que tienen los infantes de un cuidado receptivo para el desarrollo de relaciones de apego saludables, para las habilidades de regulación emocional, relaciones interpersonales y mecanismos de respuesta al estrés7. Factores estresantes en los primeros años de vida, como aquellos que podrían estar asociados a la depresión materna, pueden influir en el desarrollo cerebral, que continúa a un ritmo rápido por lo menos durante varios años después del nacimiento8. Problemas en cualquiera de estos aspectos del desarrollo pueden alterar las primeras etapas del desarrollo socio-emocional y cognitivo, y así predisponer al desarrollo posterior de depresión u otros trastornos. 

Contexto de la Investigación

La investigación sobre el desarrollo de niños expuestos a la depresión perinatal emerge del cuerpo de trabajo que considera el contexto más amplio dentro de la cual se manifiesta la depresión, incluyendo su comorbilidad (ej., ansiedad y/o uso de sustancias), factores correlacionados (ej., conflicto matrimonial), y el ambiente concebido de manera  amplio (ej., factores de estrés económicos). 

Preguntas Clave de Investigación

Los investigadores han enfocado sus preguntas en los efectos de la depresión perinatal y posnatal en el desarrollo infantil y posterior, con pocos examinando los efectos combinados de ambos. Preguntas esenciales que han sido abordadas incluyen: (a) los efectos de exposiciones prenatales, posnatales o de ambos en el desarrollo infantil y posterior, (b) los mecanismos primarios o mediadores que ayudan a explicar tales efectos, (c) los moderadores de esas asociaciones de manera que algunos niños están en mayor riesgo que otros. El modelo integrador de Goodman y Gotlib ha servido como marco de organización para gran parte de este trabajo9

Resultados Recientes de Investigaciones 

Consistente con las teorías de mecanismos, se ha encontrado que la depresión perinatal está asociada a la regulación neuro-conductuales de los recién nacidos, incluyendo su habilidad para atender a estímulos visuales y auditivos y a los estados de alerta en general, tal como se miden en la Escala de Evaluación de Comportamiento Neonatal10,11. Otros resultados adversos observados para estos recién nacidos son los altos niveles de llanto/queja y más problemas de sueño12 (con problemas de sueño persistiendo entre los 18 y 30 meses de edad)13, una mayor  asimetría en el electroencefalograma frontal (EEG)14,  niveles elevados de cortisona  y niveles bajos de dopamina15, y un bajo tono vagal15, aunque la asociación posterior no se ha visto que persista en bebés después de 24 semanas de edad16. Estudios sobre el temperamento infantil han encontrado asociaciones específicas entre la depresión perinatal temprano en el embarazo y una afectividad negativa17. Finalmente, la depresión perinatal está asociada con elevaciones tanto en problemas externalizantes como internalizantes en niños de 30 meses de edad19, y crecientes problemas externalizantes, más no internalizantes, en niños de ambos sexos a los 8 y 9 años de edad18. A pesar de tantas teorías y respaldo por parte de la literatura animal sobre el rol de la cortisona como un mediador en las relaciones entre la depresión perinatal y los resultados en los infantes y niños, la evidencia ha sido inconsistente y indirecta principalmente. Primero, las asociaciones entre la depresión y la cortisona en el embarazo no se encontraron en un estudio poblacional de cohorte 20 y puede que solo sea significativo en la presencia de medicinas antidepresivas21 o en comorbilidad con ansiedad 22.  Segundo, los estudios que han evaluado ya sean asociaciones directas entre los niveles de cortisona materna prenatal en los resultados de los niños o el rol mediador de la cortisona prenatal en las asociaciones entre la depresión perinatal y los resultados arrojan resultados mixtos y por lo general se han basado en muestras pequeñas23. La depresión posparto ha sido asociada con una gama de problemas en el desarrollo de los infantes y niños pequeños. Los resultados asociados incluyen temperamento infantil negative24, apego inseguro25, dificultades en el desarrollo cognitivo y lingüístico26, baja autoestima y otras vulnerabilidades cognitivas para la depresión en niños y niñas de cinco años27, y pobres relaciones entre pares durante la primera infancia28

Los principales mecanismos implicados en las asociaciones entre la depresión posnatal y el desarrollo infantil han sido los problemas en la crianza y altos niveles de estrés, los cuales ambos tienen fuertes asociaciones con la depresión en las mujeres7,29. La depresión interfiere con las cualidades de la crianza que se conoce por estar asociadas con el desarrollo infantil saludable, ya que está asociada con una crianza probablemente experimentada como estresante por los niños (ej., no receptiva/retraída, hostil/crítica o impredecible).  El respaldo se ha ido acumulando para la crianza y el estrés/adversidad como mediadores de las relaciones entre la depresión posnatal y los problemas en el desarrollo infantil30.

Debido a que la depresión prenatal para muchas mujeres es seguida por la depresión posnatal, muchos niños están doblemente expuestos. Los pocos estudios diseñados para evaluar la potencial carga agregada de la depresión posnatal en infantes que ya demuestran vulnerabilidades asociadas a la depresión prenatal han encontrado que la depresión prenatal era el único predictor de los resultados aquí descritos, aún después de tener en cuenta la depresión posnatal16,17.

Vacíos en la Investigación

Aunque la investigación actual respalda una amplia gama de resultados asociados con la depresión perinatal, aún quedan muchos interrogantes por responder. Se necesitan estudios longitudinales para evaluar los mecanismos específicos que podrían explicar estas asociaciones, tales como las conductas de salud prenatal (fumar, alcohol, uso de drogas, pobre aumento de peso), la constricción de la circulación sanguínea útero-placentaria, el perfil fetal neuro-conductual (ej., frecuencia cardíaca), y consecuencias obstétricas (ej., bajo peso al nacer). De manera similar, se necesitan más estudios para revelar cuales niños de padres con depresión perinatal tienen mayor o menor probabilidades de desarrollar problemas, ya sean explicados por las características de los padres, tales como la severidad de la depresión o las condiciones de comorbilidad, por las características del niño tales como el sexo, o por factores contextuales como la pobreza. También importantes para el estudio de potenciales moderadores son los polimorfismos genéticos implicados en la depresión. En general, son necesarios más estudios desde una  perspectiva del desarrollo que incluyan múltiples medidas de depresión perinatal en diferentes momentos en el tiempo, y que se examinen procesos transaccionales tales como la manera en que  factores del niño pueden contribuir al desarrollo o mantenimiento de la depresión en las madres.   

Conclusiones

La depresión perinatal está asociada con problemas para los niños en múltiples aspectos del funcionamiento, aumentando su vulnerabilidad para el desarrollo de depresiones u otros trastornos posteriores. El rango de problemas va desde el funcionamiento interpersonal y afecto hasta anomalías EEG y neuroendocrinas. A pesar de que la mayor parte de la literatura perinatal se ha enfocado en la depresión posnatal, los estudios que también han medido la depresión prenatal pueden explicar parcialmente algunos de los efectos previamente atribuidos a la depresión posnatal. Tanto las características de la crianza como los ambientes estresantes son al menos mecanismos parciales en las trayectorias desde la depresión posnatal hasta los problemas en el desarrollo de los niños pequeños. Todavía es posible sacar conclusiones acerca de los mecanismos subyacentes a las asociaciones entre la depresión prenatal y  los problemas de los niños pequeños. Los procesos transaccionales ayudan a explicar las cascadas negativas tales como una madre con depresión prenatal quien da a luz a un bebé quisquilloso, quien después reta a una madre ya vulnerable, quien probablemente experimentará una depresión posnatal. A pesar de que no se discute aquí, la depresión, incluyendo la depresión perinatal, es con frecuencia prevenible y tratable.  

Implicaciones para Padres, Servicios y Políticas

Los resultados tienen implicaciones para los padres y madres en la medida en que les permite entender que la depresión perinatal debe ser tomada seriamente, reconocida y tratada. Las mujeres con historias de depresión podrían beneficiarse de intervenciones preventivas cuando ellas queden embarazadas o estén considerándolo, y así disminuir la probabilidad de sufrir una depresión perinatal. Los miembros de la familia pueden ayudar en la identificación de las primeras señales de depresión perinatal y ayudar a minimizar las barreras del cuidado, incluyendo barreras prácticas y relacionadas con las creencias. Los proveedores de servicios quienes trabajan con mujeres embarazadas y mujeres en posparto juegan un rol importante al tener la habilidad, no solo de identificar la depresión perinatal, sino igualmente importante, de facilitar un tratamiento pronto y efectivo. Existe una amplia gama de opciones de tratamientos farmacológicos31 y no farmacológicos 32. Un informe reciente emitido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto de Medicina de las Academias Nacionales hace múltiples recomendaciones para los hacedores de política pública33

Referencias

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Para citar este artículo:

Goodman SH, Rouse MH. Depresión Perinatal y los Niños: Una Perspectiva del Desarrollo. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/depresion-materna/segun-los-expertos/depresion-perinatal-y-los-ninos-una-perspectiva-del-desarrollo. Publicado: Febrero 2010 (Inglés). Consultado el 18 de abril de 2024.

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